La generación distribuida con instalaciones de producción de energía de pequeña potencia acerca los puntos de producción a los lugares de consumo permitiendo además una mayor democratización de la actividad de generación eléctrica.

Las instalaciones fotovoltaicas para uso particular ya son una realidad en España. Cualquier consumidor de electricidad puede montar su propia planta generadora de electricidad en su domicilio y consumir la energía que produce de una forma limpia, sencilla y económica. Ya es más barato generar tu propia electricidad que comprarla a las compañías eléctricas. Y los incrementos en los precios de la electricidad no afectarán a toda la energía que la planta generará en el futuro.

El autoconsumo fotovoltaico permite a diferentes tipologías de clientes producirse su propia electricidad, pero estando interconectados con la red para poder verter y vender los excesos puntuales de energía generada y consumir del sistema cuando su demanda supera su capacidad de producción.

Dependiendo de su tamaño, una instalación fotovoltaica se puede amortizar únicamente con el ahorro que generamos en la factura eléctrica en un plazo de entre seis y nueve años. Toda la energía generada después de ese plazo es energía gratuita durante el resto de vida útil de la instalación, con una duración estimada de más de cuarenta años. Los componentes que la integran tienen una garantía del fabricante de veinticinco años.